lunes, 28 de mayo de 2012

Modisteria



 Para colocar las vistas se procederá a poner el lado derecho de las mismas con el lado derecho del vestido, de forma que si coge usted la sisa, por ejemplo, con los dedos índice y pulgar, toca la parte del revés del vestido y de las vistas. Pase un hilván y proceda después a coserlas a máquina. Una vez las vistas están cosidas al vestido, hay que darles la vuelta para rematarlas por el revés con un dobladillo pequeño.


Se necesita una longitud desde el hombro al borde de la falda, más unos 15 cm para el dobladillo de género de estambre o de lana que tenga una anchura de 1,35 m. Por lo general, a no ser que la persona que ha de usar la prenda sea excesivamente alta, con 1,5 m de género hay más que suficiente.
Doble la tela a lo largo de forma que quede orillo con orillo. Vuelva a doblarla nuevamente para tener cuatro hojas y el doblez de la tela hacia usted. Prenda bien con alfileres los cuatro bordes de los orillos y también, estirando convenientemente la tela para que no queden pliegues, el doblez que ha quedado hacia usted. Siguiendo la figura 9, mida desde el ángulo A la mitad de la medida del contorno del cuello de la persona a quien se destine la prenda, más 2,5 cm, marcando B sobre la línea del doblez. Un cuarto de la medida del contorno de cuello nos servirá como medida para señalar C. Desde C se marcará D a una distancia de 12,5 cm, que corresponde a la medida del hombro en una persona de medidas normales. Seguidamente, desde el ángulo E mida la mitad de la medida de la sisa más 5 cm y marque F. El punto G se encuentra a una distancia aproximada de 1 a 2,5 cm de D, lo cual depende de que la persona que la vaya a usar tenga los hombros caídos o muy cuadrados. Una vez obtenidos todos estos puntos, proceda a marcar las curvas tal y como índica la figura. También desde los puntos C A y E marque la longitud que desea para encontrar los puntos A’, B’ y C.
Para cortar la prenda se comienza por A’, B’ y C Del trozo que sobra se confeccionarán, si és posible al sesgo para que no tiren, las vistas para el cuello y las sisas. Corte después desde F a G para las sisas, continuando hasta C para los hombros.
Una vez efectuados todos estos cortes, desprenda con cuidado los alfileres para poder retirar la pieza que se encuentra en el interior del doblez de la tela, y que nos servirá para la parte de atrás. Una vez retirada dicha pieza, corte el escote de la parte delantera, comenzando por C y finalizando por B.
Así tendrá usted la pieza cortada. Ahora hay que proceder a su confección. Observará usted que el «pichi» le ha quedado cortado todo en una pieza y que podría ahorrarse una de las costuras de los lados. Pero no se lo aconsejamos. Es preferible que parta usted la pieza en dos y proceda a coser los dos lados y los hombros como si fueran dos trozos diferentes. De esta forma quedarán equilibradas las medidas. Después de cosidas a máquina las costuras de los lados y las de los hombros, es necesario abrirlas y plancharlas con un trapo mojado.
Si quiere que el escote quede un poco más bajo en la parte de atrás, recórtelo ligeramente a la medida de su gusto.
                                                    
 Sólo quedará hacer el dobladillo. Lo más aconsejable es doblar una sola vez la tela y pasar un sobrehilado por el borde de la misma para que no se deshile. Para sujetar las dos telas se utilizarán puntadas muy espaciadas y cogiendo solamente muy pocos hilos del tejido. La mejor manera de lograrlo es ir doblando hacia el exterior un trocito del espacio destinado a dobladillo, al tiempo que se van dando las puntadas de forma que, al volver el tejido a su ser, el hilo quede completamente escondido.
Una falda de este tipo se puede realizar en diferentes telas, por ejemplo, el terciopelo, que tan de moda está en estos días. Una falda de terciopelo negro con una blusa de encaje blanco siempre será un conjunto muy elegante y apropiado tanto para jovencitas como para señoras mayores.
Si lo que se desea confeccionar es una falda larga, de fiesta, el procedimiento a seguir es exactamente el mismo. Lo único que varía son las medidas de la tela.
En algunos casos, las medidas de las telas no son suficientes para poder confeccionar, de una sola pieza, una falda de media capa larga. Entonces no hay más remedio que utilizar las piezas.
En algunas ocasiones, cuando se trata de telas que pesan mucho, es aconsejable dejar la falda colgada por la cintura durante todo un día, antes de hacer el dobladillo. Puede ser posible que el peso de la tela, al hallarse ésta cortada al sesgo, produzca algunas irregularidades en la marca del dobladillo que se había realizado. Si esto ocurre, siempre se está a tiempo de corregir dichas irregularidades antes de realizar el dobladillo.





La fabricación de jerseys, tanto a mano como a máquina, podría haber sido tratada en el apartado de labores. Pero hemos preferido dedicarle un espacio particular, debido a la gran variedad de prendas y objetos para regalo que pueden fabrirse, bien con el ganchillo, bien con las agujas de tejer.
Si nos tomamos la molestia de darnos una vuelta por las casas de moda, boutiques y otras tiendas del ramo, nos daremos cuenta de la gran aceptación que el punto tiene en todas sus versiones, tanto si es a ganchillo, como a punto de media a mano, o bien jerseys confeccionados a máquina.
Como ocurre con las máquinas de coser, si una señora o señorita se decide a comprar una máquina de hacer punto —de ésas que tanto anuncian en los periódicos—, junto con el aparato tiene derecho a una enseñanza gratuita sobre el mismo. Incluso muchos de esos anuncios que mencionaba, se comprometen a dar trabajo a la persona que ha adquirido la máquina, después de su aprendizaje.


Se necesita una longitud desde el hombro al borde de la falda, más unos 15 cm para el dobladillo de género de estambre o de lana que tenga una anchura de 1,35 m. Por lo general, a no ser que la persona que ha de usar la prenda sea excesivamente alta, con 1,5 m de género hay más que suficiente.
Doble la tela a lo largo de forma que quede orillo con orillo. Vuelva a doblarla nuevamente para tener cuatro hojas y el doblez de la tela hacia usted. Prenda bien con alfileres los cuatro bordes de los orillos y también, estirando convenientemente la tela para que no queden pliegues, el doblez que ha quedado hacia usted. Siguiendo la figura 9, mida desde el ángulo A la mitad de la medida del contorno del cuello de la persona a quien se destine la prenda, más 2,5 cm, marcando B sobre la línea del doblez. Un cuarto de la medida del contorno de cuello nos servirá como medida para señalar C. Desde C se marcará D a una distancia de 12,5 cm, que corresponde a la medida del hombro en una persona de medidas normales. Seguidamente, desde el ángulo E mida la mitad de la medida de la sisa más 5 cm y marque F. El punto G se encuentra a una distancia aproximada de 1 a 2,5 cm de D, lo cual depende de que la persona que la vaya a usar tenga los hombros caídos o muy cuadrados. Una vez obtenidos todos estos puntos, proceda a marcar las curvas tal y como índica la figura. También desde los puntos C A y E marque la longitud que desea para encontrar los puntos A’, B’ y C.
Para cortar la prenda se comienza por A’, B’ y C Del trozo que sobra se confeccionarán, si és posible al sesgo para que no tiren, las vistas para el cuello y las sisas. Corte después desde F a G para las sisas, continuando hasta C para los hombros.
Una vez efectuados todos estos cortes, desprenda con cuidado los alfileres para poder retirar la pieza que se encuentra en el interior del doblez de la tela, y que nos servirá para la parte de atrás. Una vez retirada dicha pieza, corte el escote de la parte delantera, comenzando por C y finalizando por B.
Así tendrá usted la pieza cortada. Ahora hay que proceder a su confección. Observará usted que el «pichi» le ha quedado cortado todo en una pieza y que podría ahorrarse una de las costuras de los lados. Pero no se lo aconsejamos. Es preferible que parta usted la pieza en dos y proceda a coser los dos lados y los hombros como si fueran dos trozos diferentes. De esta forma quedarán equilibradas las medidas. Después de cosidas a máquina las costuras de los lados y las de los hombros, es necesario abrirlas y plancharlas con un trapo mojado.
Si quiere que el escote quede un poco más bajo en la parte de atrás, recórtelo ligeramente a la medida de su gusto.
Para colocar las vistas se procederá a poner el lado derecho de las mismas con el lado derecho del vestido, de forma que si coge usted la sisa, por ejemplo, con los dedos índice y pulgar, toca la parte del revés del vestido y de las vistas. Pase un hilván y proceda después a coserlas a máquina. Una vez las vistas están cosidas al vestido, hay que darles la vuelta para rematarlas por el revés con un dobladillo pequeño.